Sueños revoloteando por el cielo, acariciando las nubes, contando su historia.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Una historia terriblemente maravillosa

En algunas ocasiones considero que mi talento para escribir es bastante bueno, otras veces pienso: - que mala soy escribiendo, me encantaría tener un poco de más habilidad para relatar historias nuevas, y ese toque especial para hacerlas admirables y agradables al lector de tal manera que los lleve a crear nuevas historias en su mente, envolviéndose en la lectura.
Pero esta vez no quiero esforzarme por crear una historia fascinante, solo quiero poner todo mi empeño y sentimientos para contarles esta nueva historia.

Esto comienza así. Un domingo para ser exacta, que combaría la vida de dos personas, cuando el destino pareciera que las juntara para comenzar una nueva vida llena de sorpresas, alegrías, emociones, sensaciones, tristezas, desilusiones y un final poco inspirador. Ese domingo tan extraordinario ninguno de los dos pensaría que iban a conocerse y menos de esa manera. Aquel día al mirarse por tercera vez y después de unos minutos de una pequeña platica entre los dos, su palpitar comenzó a ser mayor y sus ojos se miraron fijamente el uno al otro, comenzando a sentir cada uno muy en su manera algo que jamás habían experimentado, que era realmente inexplicable, cómo después de una simple conversación podían tener esa conexión y atracción, que no se estaba dando por el buen físico o lindas caras que tenían, si no que era un sentimiento sincero, sin ningún interés por parte de los dos. Esto era lo realmente inexplicable.

Comenzaron a ser mas amigos y esto que sentían, pareciera que se desbordara de ser tan inmenso que no cabía más en sus corazones, y tan solo habían pasado escasos 15 días.

Cada vez que se miraban pareciera que sus corazones salieran de sus cuerpos y quisieran hablar sus bocas eso que se hacía notar en su forma de mirarse, pero de pronto algo sellaba sus labios impidiendo hablar, y solo se miraban sin decir nada, diciéndolo todo, contemplándose el uno al otro.

Cuando me miraba, me hacía sentir desmayar de tan solo contemplar sus dulces miradas tan llenas de amor y sinceridad, mi piel se erizaba y se doblaban mis rodillas al estar cerca de él. Con cada detalle que tenia conmigo me cautivaba y me mantenía presa a él, elevándome a lo más alto con un simple mirar suyo, porque era tan especial, tan lleno de amor, ilusión, sinceridad. Y qué decir de cuando sus palabras se hacían presentes me hacia desfallecer de tanta emoción y alegría que me invadía al estar tan cerca de él.

Lo único que quería, era solo permanecer junto a él, en su presencia, recostada en su pecho sin decir nada, si acaso un “te amo”, pero por nada romper esa atmósfera que se creaba al estar juntos.

Para mí, ella era mi más dulce amor, mi princesa indefensa, aquel vaso frágil que necesitaba de todo mi amor y cuidado, con tanta delicadeza para no lastimarla. Cada que la veía me hacia suspirar una y otra vez, haciéndome sentir como nuevo; era esa parte difícil de explicar mis emociones. Me gustaba extrañarla, pensarla en pausas a lo largo del día, y que de manera paulatina nos viéramos, cosa que sólo fomentara que mi anhelo creciera.

Eso fue lo más lindo que jamás vivió cada uno, pero fue demasiado bello para ser real.

Un buen día de una manera tan inesperada y sorprendente, pareciera que todas las cosas se hubieran levantado con el pie izquierdo, fue una cosa tras otra la que comenzó a destruir poco a poco esta hermosa relación. No terminaba una cuando llegaba la otra.

En menos de una semana esto tan añorado, tan querido, amado, que tanto atesoraban y cuidaban se vino abajo, por situaciones que no tenían razón alguna, que para alguno de los dos era realmente grave, pero que al paso del tiempo se dieron cuenta que no era para terminar con eso tan hermoso, sino que solo hizo falta un poco de comunicación entre los dos.

Ahora los dos lo lamentan y se atribulan con el solo pensamiento de haber hecho bien las cosas.

Mi alma se encuentra acongojada esperando a mi dulce amor, como quisiera poder haber dicho: amor mío, perdóname, yo no estoy de acuerdo con esa decisión y te pido que me des otra oportunidad, eres tu mi gran amor y no te quiero perder.

Pero ahora solo espero que la oportunidad se vuelva a presentar para así poder concluir ese mi más grande amor, sino, me tendré que despedir de ti por siempre.

3 comentarios:

  1. hola, espero que estes muy bien, gracias a Dios por tu vida y la de tu familia y sigue asi hechandole ganas al trabajo a tu familia ys obretodo al trabajo y dedicacion a Dios.
    cuidate DTB

    ResponderBorrar
  2. EEEH bonita! abriste un blog.. = ) bienvenida a este mundo...

    ResponderBorrar
  3. hola, esta muy chido tu blog con poemas y escritos para reflexionar y que expresan muchos sentimientos me latio.

    ResponderBorrar